HISTORIA DE LA ILUMINACIÓN DE NAVIDAD


La iluminación de Navidad tiene su origen en el Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XVIII, en el cual ya existía la costumbre de emplear árboles navideños para celebrar estas festividades. Con el paso de los años se empezaron a decorar sus ramas con velas, que poco a poco, han sido sustituidas por faroles con portavelas y otros sistemas de iluminación de la época. 


Esta tradición se extendió a Inglaterra durante el reinado de la reina Victoria, y desde ahí a Norteamérica y Australia debido a la emigración. El primer árbol de Navidad iluminado mediante electricidad fue montado el 22 de diciembre de 1882, por el inventor estadounidense Edward H. Johnson, asociado a Thomas Alva Edison. Johnson creó bombillas especiales para ese mismo uso, tratándose de bombillas del tamaño de una nuez de colores rojo, azul y blanco. Los periódicos locales ignoraron tal evento al pensar que se trataba de una treta publicitaria, pero apareció en una reseña de un periódico de Detroit, por lo que Johnson fue considerado el padre de las luces eléctricas para árboles de Navidad.


Además, el teatro Savoy, situado en Londres, que fue el primer edificio construido totalmente electrificado, fue a su vez, el primer edificio decorado con iluminación eléctrica navideña, por su propietario Richard D'Oyly Carte. Éste, durante la noche de la presentación de la Ópera Iolanthe el 25 de diciembre de 1882, lo decoró con guirnaldas luminosas, formadas por bombillas incandescentes, llamadas fairy lights, es decir, luces de hadas, término que se ha popularizado desde entonces en Reino Unido. A partir de 1900, muchos comercios tenían en sus escaparates estas guirnaldas, no obstante, debido a los altos precios para la mayoría de la población, se siguieron utilizando las velas hasta mediados de 1930.


Actualmente, la iluminación de Navidad se ha extendido más allá de la de los árboles, tanto en viviendas como en comercios, siendo muy popular en rellanos, escaparates, porches, patios, cornisas, techos, etc. Las luces de Navidad reciben una gran variedad de nombres en función de la forma en la que se distribuyen sus lámparas que, por ejemplo, en el caso de las guirnaldas se pueden dividir en: cortinas, mallas, cielo y goteo de luz. Además de guirnaldas, también hay diseños específicos de luces de navidad para calles, farolas, fachadas de edificio e incluso para felicitaciones y mensajes navideños. Por otro lado, los sistemas de iluminación utilizados actualmente han evolucionado desde las velas de cera, pasando por las bombillas incandescentes, hasta la iluminación LED. A día de hoy, esta última es la más utilizada para estas fiestas ya que, además de la enorme eficiencia energética y el ahorro económico que suponen, también dispone de una enorme variedad de tipos, colores y distribución, siendo posible programarlos para encendidos y apagados con un determinado tiempo. Por todo esto, hoy en día es posible disfrutar de la Navidad con mucha más ilusión debido a la increíble aportación de la tecnología LED.